miércoles, 10 de marzo de 2010

Chico gomelo

Tengo la constante impresión de que mi faceta engreida y egoista es mucho más fuerte y presente que aquella "humana", humilde. Razón tendrá A. cuando me tilda de "gomelo", palabra que describe todos aquellos que siempre he despreciado, desde que era muy joven, pero que a la larga he seguido de manera implícita, como si la frustración de no haber pertenecido a algún tipo de élite se me hubiera incrustado tanto que de alguna manera busco su "membresía".

Los argumentos que me han llevado a tales conclusiones son simplemente mis actos cotidianos. Veamos, ves un hombre con esta camisa, este pantalón, éste corte de pelo. Por alguna mala jugada de tu mente crees tener cierto parecido con el individuo, pero a diferencia tuya él se ve bien, fresco, seguro, atractivo, indiferente al mundo, no porque él no llame la atención, más bien porque ciertamente no le importa ese mundo. Perfecto, como estás sentado en una mesa, solitario como siempre, lo observas lárgamente, sus movimientos, el detalle de su pelo...¡demonios! pero que parecido eres a él, o mejor al contrario, que parecido tiene él contigo. Una vez que se ha ido, aunque mucho antes ciértamente, empiezas a fantasear. Si tuvieras eso que él tiene que tú no, tendrías muchísimas mujeres a tus pies, mujeres bellas porque no te gustan las feas. Eso lo concluyes porque este joven, tu imagen, se ha encontrado con una atractiva chica antes de que no lo volvieras a ver jamás.

¡Sencillo!, un tonto modus ponems o tollems, algo así

a-->b
b-->c
a-->c

Siendo tú 'a', él 'b' y 'c' el grupo gigante de mujeres, una vez a-->b sea totalmente cierto, tendremos a-->c, o sea túa las CHICAS, aunque debería ser al contrario.

Te levantas de la mesa y pasas por un almacen, un almacen que en tu etapa de revolucionario y de comunista, odiarías, el que incendiarías, saquearías, robarías, para darle lo extraido a las pobres desválidos. Pero ese día olvidas todo ese panfleto y entras al almacen y te crees importante cuando los vendedores te dicen con visible referencia, "señor". Ahí está el buso de tu imagen y la bufanda y en un maniquí el corte de pelo. Lástima, no todo es completo. Compras la bufanda y el buso y casi al instante ya sientes que eres parecido a tu imagen, que solo faltando la visita al peluquero, tendrás el mundo a tus pies.

Es algo torpe lo acabas de hacer, algo tan superficialque cuando te das cuenta lo detestas, destrozándote por ende a ti. y, ¿cómo salir de eso, de esa desolación?, enciérrate en el licor, destrúyete con palabras fuertes y acusaciones, visita a la prostitutas para que tu ego no termine enterrado totalmente (solución muy temporal y con efecto bumerang). Luego en un momento de sosiego lee o escribe, para después, cuando todo haya pasado, reinicies el endemoniado ciclo.


Ciértamente A. tiene razón.

1 comentario:

  1. de un momento para otro no puedo dejar de leer!!! y d repente me resuelvo en un modus tollens, donde ni a ni b ni c me causan interés alguno! I.

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Muchas veces me siento errante en esta tierra, como muchos de ustedes, pero a diferencia de esos muchos y de los pocos que faltaron, me siento incapaz de crear o hacer algo que me satisfaga enormemente

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